Este pasaje esconde la heroica historia de cuando los porteños debieron tomar las armas para defenderse de un invasor extranjero.
El Pasaje Seaver fue la escenografía de parte de la bohemia porteña, y su desaparición nunca pudo ser reemplazada.
El jacarandá, árbol distintivo de Buenos Aires, florece dos veces al año y llena los ojos y el corazón tanto de locales como de visitantes.
Dos notables obras por economía de recursos y porque se ubican medianera mediante, en la singular calle cortada Tres Sargentos.
Un pequeño edificio racionalista que es ejemplo del discreto y elegante estilo de pre-guerra.
¿Habría imaginado el gran Presidente argentino que fue don Marcelo Torcuato de Alvear que un tramo de la calle Charcas llevaría su nombre? Seguramente no, y menos que esa calle fuera denominada vulgarmente marcelo-té, para ...
Si alguien se propusiera recorrer de punta a punta la calle Paraguay, vería en ella un amplísimo muestrario de la historia de nuestra ciudad en sus estilos arquitectónicos. Que, a su vez, son espejos de ...