Esta es una de las pocas plazas de Buenos aires en las que el área central está por debajo del nivel de la vereda.
Este pasaje esconde la heroica historia de cuando los porteños debieron tomar las armas para defenderse de un invasor extranjero.
El Pasaje Seaver fue la escenografía de parte de la bohemia porteña, y su desaparición nunca pudo ser reemplazada.
El jacarandá, árbol distintivo de Buenos Aires, florece dos veces al año y llena los ojos y el corazón tanto de locales como de visitantes.
Las extraordinarias mansiones que sobreviven en Buenos Aires parecen parte de un pasado imperial que la burguesía agropecuaria construyó para durar lo que dura un suspiro.
El Plaza Hotel fue el primer gran hotel de renombre internacional de Buenos Aires gracias a la visión del empresario Ernesto Tornquist.
“Es mejor ser rico y sano, que no pobre y apestao” solía decirse en el campo. Esta ladina y perogrullesca máxima, no podría aplicarse hoy. Las horribles reminiscencias bíblicas y medievales de la palabreja nos ...
Hasta el mismo nombre de extrañas resonancias para quienes ignoraban que se trataba de un apellido, parecía el exactamente apropiado para la mole que se erguía frente a la Plaza San Martín. Desde luego, ¿de ...