Fervor x Buenos Aires

Deje de sufrir

 

¿Por qué sufrimos? ¿Cómo es posible que permitamos que los negocios nos vayan mal, que los amigos nos traicionen, que nuestros comercios sean asaltados, que los administradores nos defrauden y en suma, ser infelices todo el tiempo cuando la solución está, literalmente, a la vuelta de la esquina?

Sí, tal como se lee. Para comprobarlo dese una vuelta por el centro, o a la salida y/o entrada de cualquier subte.

Deslizarán en nuestra mano cantidad de volantes que nos incitan a estudiar inglés, vender nuestras alhajas antiguas o modernas con la mejor cotización internacional, emplomar nuestras muelas a precios increíbles, afiliarnos a variados servicios de asesoramiento legal sin cargo, o a lo que sea, ya que la mayoría son desechados sin ser leídos, alfombrando nuestras calles y veredas con ese toque chic y negligée que cada vez exhibe con mayor desenfado nuestra populosa urbe, crisol de razas, y envidia del orbe.

Bueno, entre esos volantes depositados en un santiamén en su mano encontrara la solución: gente muy experimentada, de prestigio mundial que solucionará sus problemas, ya sean estos enfermedades, calvicie, pie plano, quebrantos de dinero, desilusiones amorosas, y le proveerán de amuletos de comprobada infalibilidad contra la envidia, males de ojo, empacho, malas noticias y cuanto pueda imaginar.

Estos volantes no son ilegales, como algún malintencionado podría suponer ligeramente. Para nada, en ellos constan las direcciones y números de teléfono de los profesores de ambos sexos que ofrecen sus servicios. Además, para alejar todo vestigio de suspicacia dejan muy claramente establecido que se abonará sola y exclusivamente contra RESULTADOS. Esto elimina toda forma posible de fraude, y, seguramente, debido a ello es que las autoridades otorgan autorización para que se ejerza este laudable menester.

La mayoría de estos volantes acusan distintos orígenes para su inspiración. En algunos la videncia es ejercida según ancestrales técnicas provenientes de la más remota antigüedad egipcia, en otras este don proviene de pueblos originarios de América, como los mayas, aztecas o incas, y hasta hay quienes aseguran- en una sana defensa de los adivinos autóctonos- que sus poderes son cien por ciento nacionales: los indios tobas.

Otra ventaja: la mayoría de ellos nos asegura que su videncia es natural. Así es, señores, ahí no hay química, ni pesticidas, ni productos transgénicos que puedan hacernos daño. Para nada. Es una videncia ecológica, en armonía con la naturaleza y con nuestro entorno.

Si con todas estas pruebas que le damos, prefiere seguir con sus problemas, es cosa suya, pero no diga que no se advertimos. No creer en superticiones trae mucha mala suerte.