En dos de las cuatro esquinas de Las Heras y Billinghurst se alzan dos edificios con historia. Uno, con entrada por Billinghurst 2491, se ubica en la esquina Suroeste y otro en Las Heras 3004, en la esquina Noroeste.
Los dos corresponden a ese período entre las décadas 30 y 40 en el que se alzaron numerosas viviendas colectivas de estilo racionalista o moderno, como también se lo caracterizaba, quizás con la secreta pretensión de añadir con esa palabra un prestigio tan fugaz como innecesario. Porque, realmente, muy poco tiempo se puede ser moderno.
El de Billinghurst 2491 posee un diseño muy propio de la época, desarrollando todo su frente en una gran curva con amplios balcones y aberturas que resaltarían más si estuvieran en un mejor estado de conservación que, ciertamente, el edificio merece por su calidad. El remate de los nueve pisos es un airoso techado que acompaña el largo y la curva del frente y que, como casi todo el racionalismo de esos años, le otorga una peculiar similitud con los grandes trasatlánticos de la preguerra.
Según averiguamos, el proyecto -de 1934- lleva la firma del arquitecto R. Sanmartino, de quien no hemos podido obtener más datos, ya que ni siquiera figura su nombre en el edificio, quizás por estar gran parte del frente cubierto por una mampara que pertenece al local de la planta baja.
Esta residencia de Billinghurst 2491, creemos que con justicia, fue distinguida con el Primer Premio de Arquitectura por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1934. Pareciera ser que este galardón, sin duda un reconocimiento y un estímulo para arquitectos y sus obras, dejó de otorgarse en la década del 50. Tal vez si alguien vinculado al GCBA lee estas líneas podría restablecerse esta tradición que nunca debió interrumpirse.
El segundo edificio, Las Heras 3004, es también del mismo estilo, la misma época, y la misma altura -9 pisos- ya que en esos años la armonía edilicia no era una cualidad despreciable para quienes regulaban las normativas ciudadanas.
Se desarrolla más sobre Billinghurst que sobre Las Heras, y presenta una equilibrada relación entre líneas rígidas y sólidas, como la de los balcones en espejo, en los dos frentes, y suaves superficies curvas, como la de la ochava.
Bien podría ser también esta obra del arquitecto Sanmartino, pues se complementa perfectamente con su vecina, pero, ¡ay! esto no es más que una suposición. No hay nada que indique al o los responsables de este edificio. Pero una placa señala que allí vivió, desde 1942 hasta 1949, en que fallece, quien fuera el primer Presidente de la II República Española, don Niceto Alcalá Zamora. No haremos la historia de todo el complejísimo proceso de España sucedido entre la caída de Alfonso XIII en 1931, hasta el fin de la guerra civil en 1939. Su condición casi antagónica en esos años de republicano y católico, no había sido fácil de sostener para Alcalá Zamora y, quizás, fue uno de los más fuertes condicionantes de su caída en febrero de 1936, luego de lo que fuera calificado como un golpe parlamentario.
El levantamiento de Franco lo encuentra de viaje en Noruega, y, no queriendo regresar a su país, se refugia en Francia. Allí lo sorprende la invasión alemana, pasando infinitas dificultades hasta poder embarcarse con su familia para Buenos Aires. Privado de sus bienes, que habían sido saqueados durante la guerra, Alcalá Zamora, figura de gran prestigio como jurisconsulto y hombre de inmensa cultura, se mantuvo modestamente con colaboraciones literarias y conferencias, hasta su muerte en febrero de 1949.
Su final pasó casi desapercibido por la prensa de esos días, pero su figura y su actuación están siendo reconsideradas actualmente en España, en procura de arrojar mayor luz sobre la dramática época en que la que le tocó actuar.