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#09 • Mayo 2010 Año I Editorial Idiosincrasia

Editorial #5

por Enrique Espina Rawson
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Convocados por la Fundación Imagina Buenos Aires, un importante número de vecinos se reunió en los salones del Hotel Castelar. Se trataba, ni más ni menos, que de planificar las características que deseamos para nuestra ciudad, proyectada a los próximos años, en un marco de convivencia social armónico, respetuoso y solidario.

Imaginábamos una sesión clásica: dos o tres oradores en un estrado, exposiciones con cifras, porcentajes, pizarrón, puntero, alguien del público que levanta la mano, otro que contesta, interminables diálogos inconexos, y así hasta el final, sin que nada haya cambiado.

Nada de esto. Luego de unas palabras del Defensor del Pueblo de Buenos Aires, Gerardo Gómez Coronado, el Vicepresidente Tercero de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires , Sergio Abrevaya, entró en materia, y a poco, tras algunas explicaciones didácticas, cada de uno de los presentes, en vez de contar su historia, escuchó la del vecino. Luego se invirtieron los roles, y el relator debió escuchar, y comprender sobre todo, el tema que planteaba su interlocutor. Así las historias pasaron a ser comunes.

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Y así se supo lo que pasaba en la plaza, que problemas había en la Biblioteca del barrio, planes para rescatar algunos árboles que corrían el riesgo de ser abatidos por alguna obra mal planificada, memorables lugares en riesgo de desaparecer. Estas historias, fueron luego relatadas, entre mate y mate, como en una rueda de fogón, por gente que hasta hace un momento no se conocía y que ahora se sentían participantes de un proyecto común,

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Percibimos algo que no es común: entusiasmo. No hubo notas sobresalientes, porque sobresalió el conjunto y, sobre todo, prevaleció un tono de moderación, de entendimiento sobre lo difícil que es el logro de tantas aspiraciones compartidas, pero que las cosas tienen comienzo, y que ese comienzo, allí comenzaba.

No se habló de política ni militancia alguna, ni se trató de reclutar adhesiones que fueran más allá de los objetivos trazados. La reunión finalizó con la seguridad de haber logrado ese primer paso que permitirá, a través de nuevas convocatorias ir sumando voluntades para poder gravitar en el diseño de políticas participativas, éticas, solidarias e integradoras que devuelvan a nuestra ciudad su carácter de sociedad justa, honesta y fraterna.

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Nuestros objetivos son comunes, y tal como hacemos con organizaciones como Basta de Demoler, nuestra publicación es solidaria con este tipo de inquietudes y emprendimientos, que son, en realidad, una convocatoria a nuestra propia conciencia ciudadana.—FXBA

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