Iniciamos hoy con este primer número de “Fervor por Buenos Aires”, un camino de encuentros y coincidencias. Entre las buenas noticias que podemos apuntar de los últimos tiempos, está la preocupación que expresa gran parte de la ciudadanía, interesándose en la preservación de nuestro acervo histórico y cultural.
Mucho se ha hecho, aunque nunca es suficiente, desde el Gobierno de la Ciudad, distinguiendo como lugares históricos o de interés cultural, no sólo a aquellos que pertenecen a la historia política o militar de nuestra ciudad, sino también a sus hermanos menores, a los de las historias cotidianas, como el café de la esquina o el viejo cine de barrio que estaba a punto de ser demolido.
Los tiempos nuevos y sus exigencias no se fijan en el pasado. Los supermercados, los mega-comercios, los inmensos emprendimientos cambian de un momento a otro un estilo de vida, una forma de ser y de sentir, y a partir de ese preciso momento, ya nada es lo mismo.
No es posible preservar todo, bien lo sabemos. Pero tampoco puede ser bueno que todo esté supeditado al valor supremo de la inversión inmobiliaria.
En los últimos años han caído edificios espléndidos, baluartes de una época y de un estilo irremplazables, para ser suplantados por meras cantidades de metros cuadrados superpuestos, sin gracia ni arte, y que, por supuesto, no aportan nada más que su notoria vulgaridad y prepotencia.
La preocupación de los vecinos, muchas veces encauzada en asociaciones beneméritas que han luchado y luchan por la preservación de lugares y edificios que dieron realce a nuestra ciudad, fue y sigue siendo fundamental. Hay que sumar a esta cruzada a quienes piensan que Buenos Aires es asunto de las autoridades, haciéndoles comprender que Buenos Aires somos todos, y que nuestra ciudad existe porque nosotros existimos. Pensamos también que es importante conocer el como y el porque de nuestra ciudad, es decir su historia. En ese sentido haremos nuestro aporte, señalando lugares, paseos, rincones que quizás transitamos muchas veces sin reparar en la significación que tienen para nuestra tradición ciudadana.
En suma, nos proponemos lo que todos ellos, los buenos vecinos de Buenos Aires se proponen, y estaremos juntos en esta lucha para que nuestra ciudad vuelva a ostentar con justicia el título de Reina del Plata.
Nuestro nombre no es casual. Es nuestro emblema y nuestro sentimiento: Fervor por Buenos Aires. Marchemos juntos.—FXBA