¿Y el libro de Fervor para cuándo? Esta pregunta, casi amistosa conminación, la recibimos innumerables veces. Y hoy tenemos la alegría de contarles que coincidiendo con nuestro décimo aniversario, el libro ya está entre nosotros. Sus 164 páginas, -como se decía antes- “a todo color”, presentan una selección de 87 artículos agrupados en 11 capítulos que tocan esos temas que en cada edición nos colman de fervor: nuestras calles, barrios, parques, edificios y el característico paisaje de Buenos Aires.
Quisimos que fuera una edición de primer nivel, con papel ilustración de 180 gramos, guardas en papel Chambrill, tapas duras en cartón Kappa, sobrecubierta, y un diseño y diagramación clásico y atemporal, para que dentro de 50 años, si alguien hojea este libro, solo note el paso del tiempo en sus nobles materias primas.
Tuvimos que convertir en átomos lo que eran solo bytes. Hace 20 años, cuando cursaba la carrera de Ciencias de la Información en la Universidad Austral, leíamos textos futuristas de autores como Nicholas Negroponte, fundador del MIT Lab, que nos hacían suponer que para estos tiempos los libros serían objetos de museo. Sin embargo, esa profecía afortunadamente quedó lejos de cumplirse y el libro sigue manteniendo un irresistible atractivo y continúa siendo un símbolo de conquista y trabajo realizado. En nuestro caso, además, sentimos que esta obra nos acercará a la mesa de luz o ratona de nuestros lectores y amigos, que con sus palabras de aliento recibida mediante comentarios, correos electrónicos y encuentros fortuitos, nos aportaron el combustible que nos ayudó a sostener el mismo fervor por Buenos Aires que hasta el día de hoy sigue encendido.
Como algunos sabrán, el 26 de junio de 2019 aprovechamos y celebramos nuestro décimo aniversario + presentación de libro, todo por el mismo precio. La invitación fue cursada a todos nuestros lectores y tuvo lugar en el magnífico Palacio Noel del Museo Fernández Blanco, del barrio de Retiro.
Una gran concurrencia -al punto que nos sorprendió, y porqué no decirlo, emocionó- comenzó a colmar el salón que generosamente nos fue cedido para esta presentación, y pudo degustar riquísimos Coloraditos -con una receta especialmente pergeñada para la ocasión-, mientras hojeaban el flamante libro ya en venta, en un clima de amistad y celebración musicalizado por un duo que interpretaba con maestría estándars del jazz y del tango en piano y saxo.
Promediando el evento Enrique Espina Rawson y el que suscribe visiblemente nerviosos, se acomodaron en unas banquetas para brevemente dirigirse a su audiencia.
Conté la historia y la pre-historia de Fervor x Buenos Aires, recordando un momento decisivo en el cual mi padre, Iuri Izrastzoff también, me transmitió el profundo impacto que sufrió cuando descubrió que el recordado edificio de la casa de remates Roldán de la calle Rodríguez Peña, era demolido. También les conté que nuestro Patrimonio Arquitectónico está un poco mejor protegido que cuando arrancamos, -sobre todo gracias a la ley 3056 que tanto nos costó que se aprobara- pero que falta mucho para poder quedarnos tranquilos.
Enrique dijo que cuando le propuse escribir textos sobre Buenos Aires pensó que era un disparate. Pero el tiempo fue acomodando las cosas… Recordó que en su infancia pasó tiempos felices en el mismo edificio que nos albergaba ya que era pariente político de Luis Aquino, Director del Museo, y que asimismo esta residencia había recibido a grandes personalidades como al presidente norteamericano Herbert Clark Hoover, al filósofo y poeta Lanza del Vasto, al mítico actor Raúl de Lange, entre otros. También invitó a todos los presentes para, dentro de 10 años, celebrar, en el mismo Palacio Noel, nuestro vigésimo aniversario. Luego procedimos a sortear un libro que Sebastián Berardi, afortunado comprador de otro, ganó. Concluimos que comprar el libro traía suerte.
Luego la música volvió a sonar, ahora con clásicos de los Beatles, y nos dedicamos a la intensa tarea de firmar los libros, con un agradecimiento especial para cada comprador, incluso para quienes no conocíamos. Mientras tanto, Pedro, nieto de Enrique y barman ocasional, despachaba los últimos Coloraditos.
La velada terminó con la lindísima noticia de que todos los libros disponibles a través de la Asociación de Amigos del Museo se habían vendido, y deberíamos encargar una nueva tirada para satisfacer el pedido de nuestros generosos lectores. En esto estamos.