Las Heras 1914
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No hemos encontrado esta singular obra entre los registros fotográficos de Julián Jaime García Núñez, arquitecto argentino-español responsable de muchas de las muestras del llamado art-noveau catalán, o Modernismo. No es extraño, ya que García Núñez pareció ser el primer interesado en permanecer en la penumbra. Algunas de sus obras están firmadas, simplemente, J. García, otras, sin firma como en este caso, se presumen de su autoría y otras, finalmente, están registradas con su nombre completo: Julián García Núñez.
Aún cuando estaríamos dispuestos a asegurar la certeza de nuestra aseveración, sólo podemos, entonces, atribuirle esta obra, que no desmerece, por cierto, a tantas otras como el edificio de Paso y Viamonte, el Hospital Español, y ya en otro estilo el Casal de Catalunya o las Tiendas San Miguel. Su conocimiento del Modernismo Catalán era directo, ya que, enviado por sus padres a España, se recibió de arquitecto en Barcelona en 1900, en la prestigiosa Escuela de Arquitectura.
Luego de un viaje de estudios por Italia, Alemania y Africa regresó a Buenos Aires donde ejerció su profesión por más de cuarenta años. García Núñez, con fuertes vínculos con la colectividad española, de gran poderío económico en esos años, realizó importantes obras para ese mundo empresarial que empezaba a gestarse, y que se traducían, generalmente, en edificios de renta.
También, por cierto, realizó edificios institucionales, no sólo en Buenos Aires, sino también en algunas ciudades del interior. En los últimos años de su vida se mudó de la espaciosa casa que el mismo había diseñado y construido en 1907 para su extensa familia- tuvo siete hijos- en Avenida Independencia 2242, a un pequeño departamento ubicado en Suipacha y Sarmiento, y allí, al parecer, se deshizo de una gran cantidad de antecedentes de sus trabajos de décadas, lo que ha privado a sus estudiosos de valiosísima información.
También, en esta etapa, precisamente a partir de 1924 en que muere su padre, extrañamente volvió sobre sus pasos en la arquitectura, adoptando estilos vinculados al clasicismo que tanto, y con señalado éxito combatió, realizando obras más convencionales, como las mencionadas del Palacio San Miguel y el Casal de Catalunya, que hoy alberga al teatro Margarita Xirgu.
El edificio que nos ocupa hoy tiene varias singularidades. Por ejemplo, la gran entrada de la esquina que por su aspecto supondríamos principal, pero es en realidad la entrada exclusiva a la planta baja que, en consecuencia, no tiene relación ni espacios en común con el resto de los departamentos-semipisos -a los que se debe ingresar por Las Heras 1914-. También hay dos locales de comercio bajo nivel, a los que se accede por un breve tramo de escalera. Esto permite que la planta baja esté sobreelevada, así las miradas de los transeúntes no pueden penetrar en la intimidad de las viviendas.
El edificio es suntuoso y severo al mismo tiempo, ya que si bien ostenta variados detalles de ornamentación en su frente típicamente art-noveau, sugiere evocaciones de murallas medioevales, acentuadas quizás por las sombrías piedras de granito gris tallado que cubren parte del frente.
Las rejas de los balcones se complementan armónicamente con el diseño general de altas ventanas, por fortuna similarmente barnizadas en todas las aberturas, y, otro detalle: mientras todas ellas tienen celosías, las que corresponden a la ochava, que gana espacio a la línea de edificación avanzando sobre la vereda, poseen cortinas de enrollar.
Coronando el edificio, en la misma esquina de Las Heras y Ayacucho, podemos contemplar una construcción de hierro y vitraux, que semejando una cúpula resplandece al sol de la tarde con radiantes colores. ¿Alguien la mirará? No importa, allí está para quienes alcen los ojos. Es suficiente. Todo hace pensar que este edificio fue construido entre 1910 y 1920, y dejamos la fecha precisa a la investigación de nuestros amigos lectores. García Núñez nació y murió en Buenos Aires, entre el 28 de julio de 1875 y el 12 de noviembre de 1944. Su obra, especialmente la que corresponde a la primera etapa del Modernismo Catalán, es desde hace años, estudiada y revalorizada por las nuevas generaciones de arquitectos y artistas del diseño.