Un fallo histórico para Buenos Aires
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Parafraseando a Winston Churchill sobre el papel del pueblo inglés durante la Segunda Guerra Mundial -y salvando las distancias de las empresas- “Basta de Demoler” ha estado desde su fundación “defendiendo la fortaleza hasta el momento en que aquellos que habían estado momentáneamente ciegos estuvieron casi preparados”.
La última semana fue para Buenos Aires seguramente la más importante de la historia en su derrotero por preservar su acervo arquitectónico y cultural.
Todo comenzó en la Legislatura hacia fines de noviembre cuando, aprovechándose de una superposición de horarios en los cuales la oposición no estaría presente, el oficialismo logró evitar que se consiguieran las firmas suficientes para que se tratase la renovación de la Ley 3056 que protegía los aproximadamente 140.000 edificios anteriores a 1941 que aún embellecen la Ciudad.
Esta argucia arrasaba casi inocentemente con todo lo hecho por el Patrimonio hasta la fecha, y como trasladados por una máquina del tiempo -malintencionada- nos llevaba a 2007, cuando para demoler cualquier edificio no catalogado solamente debía pasarse por una ventanilla administrativa a dar aviso. Este es el nudo de esta historia.
La chicana fue efectiva, y sostenida en el falaz razonamiento de que “en las últimas elecciones un 64% de la gente apoyó esta gestión” -y por lo tanto también esta medida-, se transformaba en una amenaza de gran calibre para los edificios de Buenos Aires y para aquellos que habíamos estado durante los últimos años apuntalando las politicas de preservación.
Como nunca antes nos sorprendió a contrapié a quienes velamos por el Patrimonio; se suponía que la 3056 se renovaría casi automáticamente, como hasta ahora, dada la importancia de esta provisoria pero indispensable ley “tapagujeros”. No obstante, según se dice, el Gobierno quería quitar esta molesta piedra de su zapato.
Esta crisis puso a prueba el nervio de los “defensores de la fortaleza”. Basta de Demoler, ONG manejada por unos pocos ciudadanos de a pie -y que necesita nuevos colaboradores más que nunca-, debió extremar su imaginación y esfuerzos para difundir la pésima noticia lo más amplio y velozmente posible, idear posibles estrategias, y ponerlas en marcha.
Enrique Viale (Presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas) comenzó a redactar un pedido de amparo para todos los inmuebles que quedarían desprotegidos a partir del 1 de enero de 2012.
El martes 20 debió realizarse una reunión extraordinaria en la “sede operativa” -gentilmente facilitada por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE)- para coordinar las acciones inmediatas que atenderían la emergencia.
Se decidió convocar para el jueves 22 a medios de comunicación en la esquina de la Confitería del Molino, bajo la consigna “Tiembla Buenos Aires”; afortunadamente muchos estuvieron y permitieron que la situación se mostrara en los horarios centrales televisivos. Sin embargo, la cuenta regresiva, como nuestra angustia, no se detenía.
Debíamos difundirlo con lo que hubiera a mano. Desde Izrastzoff, nuestra empresa inmobiliaria, decidimos enviar a nuestra base de datos un “correo navideño” que permitía, tras cargar datos personales, enviar un petitorio por la renovación de la 3056 a todos los legisladores en ejercicio. La acción fue altamente apoyada y se enviaron desde nuestro servidor más de 26.000 emails. Si todavía no se sumó, lo invitamos a hacerlo haciendo click.
Sin embargo, el Gobierno parecía estar dispuesto a pagar el costo político, y además contaban con el verano, tradicional aliado de las medidas polémicas. El tiempo se terminaba. El semi-feriado viernes 23 no parecía ser un día auspicioso para traer las buenas noticias que esperábamos: un cambio de postura del Gobierno, una manifestación masiva a favor de la causa, un milagro.
Ése mismo día, minutos antes del cierre del Juzgado Civil Nº 9, integrantes de Basta de Demoler le presentaron a la jueza Andrea Danas un escrito de sesenta páginas con un pedido de “no innovar”. La jueza pidió algunas horas para leer la presentación.
El resto es historia, felizmente, conocida: la jueza resolvió ordenar al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la suspensión del otorgamiento de permisos de demolición u obra respecto de la totalidad de inmuebles ubicados en la Ciudad, cuya fecha de construcción sea anterior al año 1941 o se encuentren incluidos en el inventario de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural en la categoría “Edificios Representativos”.
Buenos Aires, y quienes estamos batallando para que se la proteja y cuide, pudimos pasar una verdadera nochebuena.
Acá comienza otra aventura: Basta de Demoler necesita crecer. Sin nuevos colaboradores y sin medios económicos, cada desafío, por pequeño que parezca, resultará una epopeya de final incierto.
Queremos invitarlo a formar parte de esta Historia: con su tiempo, conocimientos, contactos y (o) suscribiéndose como Aportante económico. Para cualquiera de estas formas de colaboración puede contactar a Basta de Demoler haciendo click aquí.
Esperamos que haya pasado una felíz Navidad. Y compartimos con usted nuestros deseos de que en el nuevo año Buenos Aires no vuelva a temblar.